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POR MARGARITA FRANCO ZIMMERMANN*
La tierra no habla, llora, se seca, se agrieta, se desplaza, pide ayuda!!
Desde el 1970 cada 22 de abril todos los países celebran el “Día de La Tierra”, ocasión que aprovechan para pasar balance a los logros, llorar los desaciertos y meditar sobre los aportes que de manera individual o colectiva podríamos hacer para detener el daño que estamos haciendo al Planeta.
Esta celebración no está sujeta a regulaciones gubernamentales, reivindicaciones políticas, religiosas, raciales o ideológicas. Es la fiesta de todos los terrícolas conscientes y responsables que consideramos es un día especial para fortalecer nuestra conciencia respecto al medio ambiente, señal inequívoca de que todo lo que sucede en ella es objeto de inquietud Universal.
Según informaciones científicas, en el sistema solar La Tierra es el único Planeta que posee una superficie líquida (agua) y otra masa sólida rocosa, particularidad que lo faculta para albergar vida. Si la observamos desde fuera, es un hermoso globo de colores azul, marrón, blanco y verde. Así de colorido y acogedor es nuestro hogar, ubicado de manera perfecta en el plexo solar.
Aunque la comunidad científica internacional sigue informando del hallazgo de nuevas especies en este planeta, a la vez advierte que vamos entrando en un abismo de extinciones de otras. Lamentablemente es una cadena masiva y progresiva producto de la desforestación, la destrucción de su habitat natural, la contaminación ambiental, la extinsión de especies mediante la caza furtiva sin controles y el comercio ilegal de especies protegidas que son utilizadas como mascotas las cuales son abandonadas a su suerte, cuando sus amos deciden que no tienen más tiempo para ellas.
Mientras unos defienden la superficie boscosa otros, motivados por fuertes intereses económicos, la queman, exprimen o talan; cada año alrededor de unos 170 mil km2 de bosques son deforestados. Por ello, al día de hoy, el drama del efecto climático es más devastador, son más fuertes y frecuentes los terremotos, maremotos, huracanes, sequías e inundaciones.
Definitivamente, este planeta está gobernado por seres humanos cortoplacistas, quienes anteponen sus intereses mercuriales a la realidad de la tragedia que ellos mismos han creado, argumentando favorecer con empleos y un desarrollo económico que solo da beneficios a unos cuantos. Obviamente nos resulta intangible ese progreso, cada día hay más hambre y más miseria humana.
Esos mismos se han ocupado de descalificar las opiniones de los ecologistas, acusándolos de extremistas histéricos, pagando propagandas de descréditos en contra de esos científicos quienes tienen propuestas a corto y largo plazo para salvar el Planeta, que es de todos, también de ellos, sus descendientes y los nuestros.
Tarde o temprano la raza humana en su totalidad tendrá que tomarse en serio este problema medio ambiental, porque aunque no vaya a desaparecer la Tierra como Planeta, está siendo forzada a evolucionar de manera precipitada y con ello a perder muchas facultades y como tal el hombre tendrá que adaptarse ante nuevos retos.
La protección del medio ambiente es una obligación que todos compartimos. No debemos olvidar que cada día es una nueva oportunidad para actuar de manera correcta a favor del Planeta. Desde aquí me surgen interrogantes de frente a nuestro país:
¿Están decididos los políticos, religiosos, empresarios, amas de casa, maestros, jóvenes y los ciudadanos comunes a enfrentar estarealidad? ¿Están decididos a buscar las soluciones o a seguir en la cómoda posición de ignorar las acciones que afectan nuestro entorno?
La tierra no habla, pero llora, se ahoga, se seca, se agrieta, se desplaza, pide ayuda!Nuestro paso por ella es mágico y maravilloso; para unos es largo y para otros corto. Ha llegado la hora de que cada uno de nosotros asuma suresponsabilidad de manera individual o colectiva como habitantes de la misma, de que devolvamos con respeto las bondades que nos brinda y, lo más importante, disfrutar del bien más preciado que Dios nos regaló: “La Vida”.
mzimmiefranco@hotmail.com
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