Según el último informe latinoamericano del Centro de Análisis e Investigación (FUNDAR), en materia de transparencia la República Dominicana ha retrocedido obteniendo una calificación de 44 puntos. Si no es mucho pedir, tenemos que empezar por fortalecer lo que se llama “ética pública” elaborando un código de la misma y que los gobiernos asuman ésta materia como obligatoria de sus funciones.
Sin contar los leoninos impuestos que recaudan, las donaciones generosas de los países hermanos y sumándole el aumento sustancial de 50 mil millones de pesos dominicanos en el Presupuesto de Ley y Gastos Públicos, el actual Gobierno sin lugar a dudas cerrará “con lujo” el 2009 y sus funcionarios hacen que todo les favorezca. Con un presupuesto de esa magnitud podrán operar con manga ancha con miras a las elecciones congresuales y municipales del 2010, aumento muy a tiempo porque viene a reforzar el engranaje y estrategia pre-electoral.
Argumentarán que ese aumento presupuestario está formulado y amparado dentro del Acuerdo con el Fondo Monetario Internacional FMI, pero a mí me queda claro que esta firma no garantiza que realmente esos fondos vayan a parar al destino para el cual fueron asignados. Estamos ya acostumbrados a estos disparatados préstamos con los cuales se cometen abusos políticos y sociales. A ellos no les importa pues, al final, ¿quiénes los pagamos?. El pueblo.
Mi tesis sobre la comprensión de que todos los dominicanos debemos pagar nuestros impuestos tributarios, es decir asumir responsabilidades con el estado, se cae porque pierde peso cuando observamos el comportamiento de las autoridades, paradigmas del saqueo, y la galopante corrupción en nuestro país, debilitada por demás cuando nos damos cuenta de que no se aplica esfuerzo alguno para utilizar los recursos adecuadamente y que persisten en crear organizaciones no gubernamentales (ONG) e instituciones que solo se usan como cortinas de humo para violentar los mecanismos de control ya establecidos por ley.
La población se percibe anestesiada. Son pocos los que prestan atención a estos hechos, porque ésta no sería la primera ni la última vez que ellos burlen al país y al mismo Fondo Monetario Internacional.
Los gobiernos del doctor Leonel Fernández poseen habilidades marcadas, una de las cuales es que jamás confrontan a ningún sector. Todos sabemos su faceta de intolerante y autoritario, pero cuando lo hace aplica la sutileza. Eso se ha podido observar a lo interno de su partido, en donde sus miembros no se agreden de manera pública pero saben sacarle partido al descrédito de sus potenciales contrincantes.
Pedir que el Estado respete a sus habitantes, ofrezca periódicamente un informe detallado de sus gastos en funcionamiento, sueldos, donaciones, inversiones sociales y hasta de las regalías o treceavo sueldo, en el nuestro país equivale a decir que estamos intentando desestabilizar al gobierno.
No reniego que en mi país los gobiernos disponen de recursos económicos suficientes y espléndidos para atender las necesidades del pueblo, aplicarlos para el desarrollo humano, salud, seguridad ciudadana y, sobre todo, orientar al pueblo y lograr que seamos ciudadanos proveedores de generaciones que mañana sepan luchar por su dignidad con justo empeño.
Es parte del folklore la descarada tomadura de pelo y falta de transparencia en este gobierno. Pero no hacemos nada si solo nos quedamos en lamentarnos. Si en verdad queremos cambios, se necesitan protestas enérgicas para lograr frenar esta vergüenza.
Keine Kommentare:
Kommentar veröffentlichen